La verdad es que hay semanas que vender un pallet de malla para envasar ajos o un pallet de malla para envasar mejillones de nuestra gama SMART NETS, cuesta más que ir peregrinando hasta Santiago de rodillas. Hay días que no es que sean cuesta arriba sino que son auténticos kilómetros verticales que por no subir, no suben ni las cabras. Pues imaginaros cuando se encadenan varios días seguidos o varios puertos de categoría especial, pues o estás muy fuerte o literalmente te entra una pájara de esas que marcan una época.
Nunca fui un mal estudiante, pero tampoco me dio como para sacarme dos carreras, como hizo nuestro Director General que se sacó «Filosofía y Letras», cuando aún los dobles grados no estaban previstos en ningún plan de estudios… y Bolonia era una ciudad de Italia que nadie sabía colocar en el mapa. Pero aún no siendo un mal estudiante, llega un momento que necesitas tomarte un respiro y probar los sabores del mundo laboral y no hay como hacerlo por la puerta grande: haciéndote emprendedor.
Yo tenía claro que no estaba preparado para enfrentarme a unas oposiciones, el radiador ya perdía agua, y estaba a punto de gripar sólo pensar en echarme 1, 2, 3, 4 … años para jugármela toda a una prueba, así que renuncié y me embarqué en el trepidante mundo de las Pymes, en el mundo de las oposiciones en la empresa privada.
Nadie me había avisado previamente, que estaba cambiando una prueba en una fecha determinada para la que te daban un temario determinado, por una concatenación diaria de exámenes sorpresa donde nunca se repiten las preguntas (problemas) y no hay ningún tipo de manual que puedas consultar para resolver las dudas. Cuando crees que va a ser un día tranquilo porque tienes todo bajo control, siempre aparece el problema menos pensado que necesita una dedicación y atención importante.
Los emprendedores nos enfrentamos a oposiciones en la empresa privada todos los días, tanto con los clientes para servirle a tiempo malla de cestas, ahora que se acerca la campaña de la fruta de hueso, como con nuestros proveedores que día tras día tienen problemas para suministrarte, mientras los precios de las materias primas no paran de subir, o mismo con tu equipo que, de vez en cuando, requiere de tu atención.
Además tenemos que conciliar con nuestra vida privada, sin ir más lejos, hoy mismo me he tenido que marchar de viaje mientras mi niña estaba en urgencias en el hospital, con esa intranquilidad que te provoca la incertidumbre de lo que puede suceder. Otras veces debes hacer encajes de bolillos, y un gran sobreesfuerzo, para estar cerca de ese ser querido que está también en un momento difícil… pero como siempre le digo yo: «yo quiero estar cuando estés mal, para cuando estés bien ya te sobra gente».
Lo bueno de todo esto es que reconozco que soy un poco «workalcoholic«, pero en su justa medida, y disfruto mucho con los retos que la vida me presenta todos los días y también con los que yo mismo me formulo. De hecho ahora mismo, tengo varios que no podéis imaginar hasta qué punto me motivan…