La acuicultura es la industria agroalimentaria de más rápido crecimiento en Canadá.
Los primeros intentos de manipular las existencias de peces transfiriendo salmónidos entre ríos y riachuelos se remonta a los pueblos aborígenes. Sin embargo, los primeros registros detallados de acuicultura en Canadá provienen de 1857.
El cultivo de ostra comenzó en 1865, cuando se aprobó el primer estatuto para el arrendamiento de zonas específicas destinadas a tal fin y no es hasta 1970 cuando se inicia el cultivo del mejillón en la región atlántica.
Actualmente la acuicultura en Canadá se desarrolla en zonas rurales y costeras y esto ha contribuido a fortalecer la economía local. La producción piscícola supone el 75% de la actividad acuícola en Canadá siendo el 87% de los peces cultivados salmones. Respecto a la acuicultura de crustáceos y moluscos en Canadá se concentra en mejillones, ostras y almejas, representando los mejillones el 50% de la producción.
La isla de Principe Eduardo es el principal productor de mejillones cultivados y el resto se ubican en tres provincias del Atlántico.
Los propios canadienses controlan el 98% de las empresas de acuicultura. Sin embargo, la posición competitiva de Canadá en los últimos años se ha visto deteriorada por un sistema regulador escaso de incentivos y la llegada de nuevas normativas para reducir la contaminación plástica.
En 2018 Canadá encabezó la Carta de Plásticos Oceánicos bajo la presidencia del G7.
El lema era: “La salud de nuestros océanos es fundamental para reducir el cambio climático, hacer crecer las economías, apoyar a las comunidades costeras y proteger la biodiversidad y los ecosistemas oceánicos. La contaminación plástica no conoce fronteras y requiere una acción global”.
Para lograr sus compromisos internacionales en virtud de la Carta de Plásticos Oceánicos, Canadá está implementando ambiciosas medidas nacionales para lograr 0 residuos plásticos en 2030.
Canadá continúa a día de hoy su lucha para frenar la contaminación que produce el uso del plástico y actualmente lo ha declarado como un elemento tóxico bajo la ley ambiental primaria de Canadá, la Ley de Protección Medioambiental.
Según Max Liboiron, experto en desechos plásticos, el reciclaje nunca ha funcionado. Sólo el 9% de los desechos se reciclan y por tanto es el momento de encontrar otras soluciones sostenibles ante este problema.
Ecoplas en ese sentido, gracias a su fuerte compromiso con el medioambiente, se encuentra ante una excelente oportunidad para dar a conocer nuestras diferentes alternativas sostenibles, nuestra amplia variedad de mallas y otros productos diseñados para cubrir las necesidades de la acuicultura en Canadá en toda su extensión.
Hoy día, la industria de la acuicultura en Canadá sigue siendo comparativamente nueva y gracias a la aparición de soluciones sostenibles tiene un gran potencial de crecimiento en el futuro.